¿Qué es el Arte poética? (Subtítulos en español e inglés. Para ver los subtítulos en español, haz clic en "Settings")

Por Jennifer Richter, Profesora de Inglés en la Universidad Estatal de Oregón

Traducido por Raisa Cañete Blazquez

“La poesía es un huevo con un caballo dentro.” La explicación de un alumno de tercer grado deleitó de tal manera a la poetisa Matthea Harvey que creó esta foto para ilustrarla.  “Y ahí estaba”, explica Harvey, “la definición perfecta de por qué escribo poesía: placer frágil, la erupción de perplejidad, el pequeño relincho de sorpresa.”

¿Qué es la poesía? ¿Qué puede y debe hacer? ¿Cómo y por qué escriben los poetas? Estas preguntas han iniciado debates desde antes de 19 A.C., cuando el poeta romano Horacio respondió con la publicación de su poema de 476 versos que se vino a conocer como “Arte Poética.” Traducido del latín, arte poética significa “El arte de la poesía”; el poema de Horacio habla en ocasiones en declaraciones generales como “la mediocridad en los poetas ningún hombre, dios o librero aceptará” y en ocasiones se lee más como un manual de instrucciones, ofreciendo consejos prácticos como “sé conciso.”  

Atentos, todos los poetas que me escuchan—Horacio también aconseja que antes de decidir que tu trabajo esta listo para ser compartido, “guarda el manuscrito hasta el año nueve,” porque “siempre puedes destruir lo que no se ha publicado” pero “una vez fuera, no hay retirada.”

Desde el arte poética de Horacio, los poetas se han sentido inspirados para unirse a la conversacióny contribuir con sus opiniones sobre el arte de la poesía.  Aunque Arte poética se puede referir al poema de Horacio en particular, también se ha convertido en un término más general refiriéndose a un poema sobre la poesía en sí. En un arte poética, el poeta retira la cortina por un momento, ofreciendo al lector un vistazo de su arte y articulando sus propias respuestas a las preguntas eternas ¿Qué es la poesía? ¿Qué puede y debe hacer? ¿Cómo y por qué escriben los poetas?

Te voy a dar algunos ejemplos. El arte poética de Archibald MacLeish acaba así, “Un poema no debería significar/Sino ser.” Czesław Miłosz afirma, “En la misma esencia de la poesía hay algo indecente:/se crea algo que no sabíamos que existía en nosotros….” Más recientemente, Elizabeth Alexander, elegida por Barack Obama para leer un poema original en su primera inauguración presidencial, usa el refrán “La poesía es” en su “Arte Poética #100: Yo creo” para ofrecer una definición acumulativa: “La poesía,” dice, “es lo que encuentras/en el polvo del rincón,//lo que oyes en el bus,” recordándonos que no se inspira solo en momentos profundos; lo que pasa desapercibido, los detalles cotidianos de nuestras vidas, Alexander sugiere, está simplemente esperando para sorprendernos y deleitarnos en poesía si es que no lo hemos descartado ya por ser poco estimulante.

 

Aunque esos ejemplos hablan de la poesía en general, un arte poética también puede ser una declaración personal—incluso política. Este arte poética de José Olivarez habla de su arte  y de los juicios a los que su familia se ha enfrentado como inmigrantes mexicanos—ilustrando que sobre lo que escribe y el por qué son inseparables de quién es él y de dónde viene su familia. “Mi trabajo: escribir poemas que hacen que mi gente se sienta a salvo, vista, o de alguna manera amada”, dice. “Mi trabajo: hacer que mis enemigos se sientan atemorizados, enojados, o de alguna manera ignorados”, y después, “Mi trabajo: supervivencia,” su refrán es un recordatorio del poder de la poesía para herir y para presenciar, para sanar y a veces incluso para salvarnos.

Bien, digamos que estás intentando reconocer un arte poética. Muchos poetas—como los que acabo de mencionar—te lo ponen fácil al titular sus poemas “arte poética,” con una clara mención a Horacio. Pero muchos poetas no lo hacen—entonces depende de ti como lector dedicado y perceptivo reconocer cuándo un poema como “El oso” de Galway Kinnell podría estar hablando no solo de un animal, sino del arte de escribir también. La voz del poema de Kinnell la pone un cazador, y el poema es prácticamente todo de oso todo el tiempo—rastro de oso, pelaje de oso, sangre de oso, excremento de oso—hasta el último verso. El poema termina con,

“el resto de mis días los paso

vagando: preguntándome

¿qué era, de todos modos,

esa infusión pegajosa, ese sabor rancio de sangre, esa poesía, por la que he vivido?”

Debes de estar pensando: espera—¿desde cuándo estamos hablando de poesía? Pues, todo este tiempo, por lo visto. Con ese último verso inesperado, Kinnell nos anima a volver a leer el poema con esta nueva idea en mente. En la primera lectura, vemos al narrador luchando con su propia naturaleza e instinto animal; en lecturas subsiguientes, entendemos que el poema de Kinnell también funciona como un arte poética, argumentando que un poeta tiene que estar tan involucrado en su tema como un cazador al rastrear a un animal. El poete tiene que ser así de observador, de decidido, sugiere Kinnell, para salir de la página con éxito. En el poema de Kinnell, la carne del oso mantiene vivo al narrador; leído como un arte poética, afirma que la poesía puede ser así de vital, de esencial. Tal y como la poetisa Mary Oliver dice en Un manual de poesía, “los poemas no son palabras, al fin y al cabo, sino fuegos para el frío, cuerdas tendidas a los perdidos, algo tan necesario como pan en los bolsillos del que tiene hambre.”

Ahora que estás familiarizado con los poemas arte poética, fíjate a ver si los reconoces. Durante siglos, han servido como argumento a favor del poder del lenguaje y el valor de las artes, cada uno ofreciendo su propia versión del arte de la poesía, cada uno hablando con una nueva voz sobre las preguntas de qué y cómo y por qué que han existido tanto tiempo como los poetas.

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