¿Qué es el conflicto? (Subtítulos en español e inglés. Para ver los subtítulos en español, haz clic en "Settings")

Por J.T. Bushnell, Instructor de Inglés en la Universidad Estatal de Oregón

Traducido por Raisa Cañete Blazquez

“La tensión es la madre de la ficción”, dice el escritor y profesor de escritura Jerome Stern. Yo creo que tiene razón. La tensión es ese hormigueo de anticipación que sientes cuando estás leyendo algo muy bueno, el interés y la emoción te hacen seguir pasando las páginas. ¿Pero de dónde viene la tensión?

Hagamos un pequeño experimento mental. Pongamos que estás hablando con tu chica de quince años favorita. Cómo reaccionarías si ella dijera, ¡Oy Dios Mío, tienes que oír esta historia!  El otro día me quedé en mi casa mientras mis padres y mi hermana se iban de picnic, sí? Entonces me lavé el pelo y me tumbé al sol para dejarlo secar, y me quedé dormida un rato.  Entonces me dio calor y fui adentro y escuché algo de música.

Bueno, si eres como la mayoría de nosotros, tu reacción probablemente sería, Eh, creía que habías dicho que tenías una historia. ¿Oíste algo raro en la música?  ¿Le pasó algo a tu pelo? ¿Te quedaste encerrada afuera, o atrapada en la lluvia,  o quizá te atacó un enjambre de abejas asesinas? ¿Dónde está la historia?

En una historia queremos que pase algo, normalmente algo malo. Hasta que pasa, no nos interesa mucho. Puede que la tensión sea la madre de la ficción, pero los problemas son la madre de la tensión. En la ficción, a esos problemas se les llama conflicto. Con más exactitud, conflicto significa deseo fallido, en peligro, u opuesto. Es básicamente cuando un personaje quiere una cosa pero algo se interpone en el camino. Quizás el personaje quiere algo pero no lo puede conseguir. Quizás el personal tiene algo pero está en peligro de perderlo. Quizás el personaje quiere dos cosas que son incompatibles. De cualquier forma, capta nuestra atención.

 

 

¿Recuerdas a nuestra chica de quince años favorita? Vamos a cambiar un poco su historia.  Digamos que mientras está escuchando música, un coche desconocido llega a su casa. Digamos que el conductor es un chico al que vio la noche anterior en el local de adolescentes de su pueblo, aquel que dibujó una X en el aire y le dijo, “Te voy a conseguir, baby.” Digamos que intenta ligar con ella y convencerla de que entre en su coche, cuando ella se da cuenta de que en realidad es un hombre vestido como un adolescente. Al igual que el tipo en el asiento del acompañante, quien acaba preguntando si debería arrancar el cable del teléfono. El primer tipo le dice que se calle, y suavemente amenaza a la chica con quemar su casa y dañar a su familia si no se mete en el coche. ¿Aún te parece aburrida?

Este es el resumen de una historia llamada “¿Dónde vas, dónde has estado?” de Joyce Carol Oates, y está llena de tensión. ¿Por qué?
¡Por todo el conflicto! La chica quiere que los hombres se vayan, pero es un deseo fallido. Ella quiere quedarse en su casa, pero ese deseo está en peligro. Quiere protegerse a sí misma, pero también quiere proteger a su familia, y si cree al hombre del coche (lo cual no debería), no puede tener ambos.

También quiere otras cosas fallidas, en peligro, u opuestas, y esta es la red de conflicto que produce tanto la acción de la historia como, finalmente, su significado más profundo. Crea la tensión, lanza el argumento, y evoca los temas. Simplemente, sin los conflictos, no hay historia.

Para entender qué hay de interesante en una historia, entonces, solo tienes que fijarte en lo que quieren los personajes, y en lo que se interpone en su camino.  Esas preguntas te llevarán por las ramas de la historia hasta su corazón latiente.

Ver la serie entera: Una guía a los términos literarios