¿Qué es un tema? (Subtítulos en español e inglés. Para ver los subtítulos en español, haz clic en "Settings")
Por J.T. Bushnell, Instructor de Inglés en la Universidad Estatal de Oregón
Traducido por Raisa Cañete Blazquez
Sé tú mismo. Todos lo hemos oído alguna vez, pero ¿es un buen consejo?
Bueno, sí, solo que quizá es un poco demasiado simplista para cubrir cualquier situación. Sí, sé tú mismo—a no ser que no sepas quién eres, o que pienses que eres alguien diferente de quien eres en realidad, o que tengas demasiados “yo”s para serlos todos a la misma vez, o que seas malo o egoísta o de mente cerrada o engreído o deshonesto, en ese caso—sí, ponte a trabajar en ello.
Normalmente, cuanto más pensamos en algo, más vemos la complejidad acechando por detrás de las respuestas fáciles, y menos útil nos parecen los consejos simplistas, como sé tú mismo. Por eso las mejores historias y novelas suelen tratar de evitarlo. En su lugar, muestran las grandes y complicadas preguntas de detrás del consejo, como ¿cómo sabes quién eres, y de dónde viene la identidad? Desarrollan temas, en otras palabras. No moralejas.
Un tema es una idea central, unificadora. Es la gran cuestión que emerge a medida que los personajes persiguen sus objetivos. Tiene menos que ver con si ganarán la carrera, conseguirán la cita, o encontrarán el tesoro, y más que ver con las preguntas más profundas sobre identidad, filosofía, o moralidad que surgen durante sus intentos.
Una moraleja, por otro lado, es un mensaje, una recomendación sobre cómo vivir. Pueden ser útiles para niños, que necesitan orientación y simplicidad para encontrar sentido al mundo, pero normalmente cuanto más experimentamos el mundo por nosotros mismos, esas respuestas simplistas nos resultan más insatisfactorias, o incluso insultantes.
¿Qué hay de bueno en consejos como “sé tú mismo,” cuando el “mismo” en ti aún está emergiendo, y es ambiguo, y medio acabado, y lleno de contradicciones?
Hay un famoso escritor y profesor de escritura llamado John Gardner, y esto es lo que dijo al respecto: “Por ‘tema’ no queremos decir ‘mensaje’—una palabra que a ningún buen escritor le gusta que atribuyan a su trabajo.”
Hay otro famoso escritor llamado Anton Chekhov, y así es como lo dijo él: “Estás confundiendo dos conceptos, la solución al problema y la formulación correcta del problema. Solo lo segundo es requerido del artista.”
En otras palabras, el trabajo de un escritor no es responder las preguntas difíciles del mundo, sino mostrar esas preguntas claramente con sus historias.
En la historia “Chicos y chicas” de Alice Munro, por ejemplo, una chica crece en una granja animada a dejar las actividades tradicionalmente masculinas que disfruta, como trabajar afuera con su padre, por las actividades tradicionalmente femeninas que no disfruta, como ayudar a su madre en la cocina.
La chica se rebela, intentando permanecer en el mundo de su padre, pero entonces, casi al final, cuando él trata de atrapar a una yegua que quiere sacrificar, le pide a la chica que cierre una puerta, y ella la abre en su lugar.
Al hacerlo, todavía se está rebelando. Se niega a atrapar a la yegua así como ella misma se niega a verse atrapada por su género. Pero también elige de qué lado está –y elige el lado femenino en lugar del de su padre – lo que el padre usa como prueba de que es, y cito, solo una chica.
Entonces, ¿cuál es el tema de la historia? Bueno, una respuesta totalmente válida sería “los papeles de género.” Es la cuestión más profunda que emerge de la acción. Es de lo que trata la historia.
Pero si quieres ir un poco más allá, podrías expresar el tema como una pregunta más compleja y específica sobre el asunto.
¿Cómo definen quiénes somos los papeles de género?
¿Qué tan legítima es esa definición?
¿Los papeles de género son culturales o innatos?
¿Cuáles son las consecuencias de imponerlos y de participar en ellos?
Estas son las versiones más complejas y específicas del tema de la historia. Pero la historia nunca recomienda qué hacer sobre nada de esto. No está tratando de defender los papeles de género, o de aceptarlos. No te enseña cómo vivir con ellos o escapar de ellos. No ofrece ninguna moraleja.
¿Por qué no?
Pues probablemente porque no hay respuestas sencillas a esas preguntas, ni en la vida ni en la historia, motivo por el que creo apropiado expresar los temas como preguntas.
Las mejores historias honran la dificultad de estas preguntas al demostrarlas claramente, con todo su misterio exasperante y complejidad intacta, en lugar de darte con algún tipo de respuesta medio válida.
Eso es lo que hace una historia “real” incluso cuando es ficticia, y es por lo que es muy importante que entendamos el tema de una historia en lugar de buscar una moraleja en vano.