OREGON STATE UNIVERSITY
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Por Elena Passarello, Profesora de Inglés en la Universidad Estatal de Oregón
¿Alguna vez has estado en una conversación en que alguien dice algo como "¡Hace mil años que no te veo!" o "Ese entrenamiento fue tan agotador que se me van a caer los pies!" o "Tengo tanta hambre que podría comer toda la comida en este restaurante!" Ninguna de esas declaraciones literalmente podría ser verdadera. No hay ningún estómago humano, por ejemplo, que pueda contener toda la comida en un restaurante popular. En vez de apuntar al realismo, todas esas expresiones son ejemplos de la hipérbole, o el arte de exagerar para expresar una respuesta personal amplificada.
Además de escuchar muchos ejemplos de la hipérbole en la habla cotidiana, también podemos entenderla como una parte importante de la prosa literaria, la escritura dramática y la poesía.
El término "hipérbole" tiene orígenes clásicas. Combina un término griego que significa 'sobre' con otro que significa 'lanzar' o 'arrojar'. Entonces la hipérbole describe la sensación de sobrealcanzar o llegar más allá de lo que sea necesario para describir un sentimiento, una experiencia o una respuesta.
Hay un gran ejemplo de la hipérbole en la famosa escena de Romeo y Julieta en que Romeo ve a su verdadero amor en su balcón a la luz de la luna. Ya que enamorarse no es una experiencia cotidiana, Romeo quiere comunicarse usando el lenguaje que va más allá de lo cotidiano.
Él la ve contemplando el cielo y dice:
"Dos de las más brillantes estrellas del cielo, teniendo para algo que ausentarse, piden
encarecidamente a sus ojos que rutilen sus esferas hasta que ellas retornen".
Sin la hipérbole, Romeo tendría que decir algo más común y realista como, "Oh, me encuentro muy atraído por esa jovencita guapa. Sus ojos son muy hermosos". Pero afortunadamente Shakespeare utiliza una hipérbole para que Romeo pueda describir sus ojos como tan brillantes que las estrellas en el cielo quieren ofrecerle un puesto de trabajo. Entonces Romeo dice: "Sus ojos, desde la bóveda celeste, a través de las aéreas regiones, tal resplandor arrojarían, que los pájaros se pondrían a cantar, creyendo día la noche".
Los ojos de Julieta son para Romeo tan increíblemente hermosos que podrían estar puestos en el cielo en vez de las estrellas, ¡que es un concepto imposible! Y lo que es más, Romeo
dice que si sus ojos estuvieran allí en el cielo oscuro con la Osa Mayor y Casiopea, todos los pájaros dormidos en el planeta percibirían la luz que echan y pensarían que el sol había salido y ¡luego empezarían a cantar! Y como la ciencia confirmará, no hay ningún ojo en toda la historia humana que haya sido suficientemente brillante que podría servir como
un despertador para los pájaros.
Pero la afirmación hiperbólica que hace Romeo en ese momento especial ayuda a la audiencia a entender que lo que siente no es común. Simplemente mirar a Julieta es una experiencia tan abrumadora que desafía la lógica, y cualquier persona que alguna vez se haya enamorado locamente probablemente confirmaría que de ninguna manera es una experiencia cotidiana.
La habla racional no puede describirlo; necesitas utilizar la hipérbole para transmitir la sensación de que lo que está pasando es más grande que la vida.
