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Por Gilad Elbom, Instructor de Inglés en la Universidad Estatal de Oregón
Traducido por Raisa Cañete Blazquez
El simbolismo es la idea de que algunas cosas representan a otras. Lo que queremos decir con eso es que podemos pensar en algo — por ejemplo, el color rojo — y concluir que representa no el color rojo en sí, sino algo más allá: por ejemplo, pasión, o amor, o devoción.
O quizás lo contrario: infidelidad. El color rojo también puede representar sangre. También significa “parar” — cuando llegas a un semáforo. Puede simbolizar comunismo.
En otras palabras, puede significar lo que tú quieras que signifique. En otras palabras, significa todo. O: no significa nada, porque si se le puede asignar cualquier tipo de interpretación simbólica, no tiene valor interno, significado fijo o inalterable o universal. No tiene ninguna cualidad especial que lo designe como un símbolo de una cosa en particular.
Entonces la pregunta es: ¿hay símbolos universales que comunican conceptos acordados? Podemos hablar, por ejemplo, del blanco como símbolo de pureza, o inocencia, o vida.
Pero entonces sería una lectura muy superficial de literatura, porque blanco también puede significar pálido, sin sangre, sin vida — y la muerte. Entonces, si el blanco puede significar una cosa y su opuesto — vida y muerte — ¿qué clase de símbolo es?
Una forma más sofisticada de ver el simbolismo sería decir que las cosas tienen cualidades simbólicas solo en determinados contextos — y que a veces no simbolizan nada de nada.
Como dijo Gertrude Stein en su famosa cita: "rosa es una rosa es una rosa es una rosa." A veces una rosa no significa amor, o cortejo, o pasión, o deseo, o devoción— o nada más allá de su significado. Algunas flores simplemente son rojas, otras son blancas o azules, y no tienen un significado simbólico, ni en la vida real ni en la literatura.
Creo que es tentador tratar a todos los elementos de la literatura como un símbolo de algo. Por ejemplo, una tormenta que se avecina en el horizonte debe ser un símbolo de confusión emocional por la que está pasando el protagonista; o, el coche negro que conduce el protagonista es un auguro de su muerte; y así sucesivamente.
Es importante recordar que en ocasiones una tormenta en el horizonte simplemente representa mal tiempo.
Algunos gatos son blancos, otros son negros, otros pelirrojos. Eso no quiere decir que los gatos blancos sean más puros o inocentes, o que los dueños de gatos negros sean personajes mórbidos que se vayan a morir. Todos vamos a morir, y antes de lo que pensamos, desgraciadamente.
Así que, ¿dónde vemos símbolos más sutiles, símbolos más sofisticados, más complejos?
Creo que todo depende del contexto, y creo que buenas obras de literatura pueden establecer ciertos elementos textuales como símbolos
que no están necesariamente ligados a ningún tipo de significado predeterminado: elementos que no tendemos a reconocer automáticamente como símbolos de nada.
Aquí va un ejemplo. Si tomamos esta interesante novela de Gilbert Sorrentino, Bajo la sombra, lo que hace es que nos enseña una serie de imágenes — o elementos texturales, o componentes textuales— y no tenemos ni idea de lo que significan o de por qué se repiten a lo largo de la novela, una y otra vez, en configuraciones diferentes.
Pero cuando miramos a cada uno de esos elementos — por ejemplo, la luna ¬— cada vez que lo vemos, cada vez que los personajes miran a la
luna, nos vamos dando cuenta de que en realidad están mirando hacia atrás en el pasado, en su historia personal, o recuerdos de la infancia.
Concretamente, en algunas partes del libro, un astrónomo aficionado, que es médico de profesión, apunta el telescopio a la luna, y cuando mira a través del objetivo, lo que ve es una pareja joven, un hombre y una mujer — o a veces una mujer joven y una mujer más mayor — bañándose en un lago.
Es muy extraño. Se queda sorprendido por la imagen. ¿Cómo es posible que esto sea lo que ve cuando el telescopio apunta a la luna?
Cuando lo descubrimos más tarde en la novela, es que está mirando a sus propios padres, y de repente gana acceso a un recuerdo reprimido
de su infancia. Así que la próxima vez que aparece la luna, sabemos que probablemente simboliza — o de alguna forma representa — una capa oculta en la constitución psicológica del personaje que mira a la luna.
Lo que significa es que el concepto de identificar símbolos en literatura no se basa necesariamente en la idea de descodificar — o reemplazar a
un símbolo familiar por un significado designado. El objetivo es examinar elementos textuales en contextos nuevos y atribuirlos a significados simbólicos que quizá no hayan existido antes.