¿Qué es el verso blanco? (Subtítulos en español e inglés. Para ver los subtítulos en español, haz clic en "Settings")

Por Evan Gottlieb, Profesor de Inglés en la Universidad Estatal de Oregón

Traducido por Raisa Cañete Blazquez

“Verso blanco” es un término literario que se refiere a poesía escrita en versos métricos pero sin rima, casi siempre en pentámetro yámbico. “Pentámetro yámbico” se refiere a la métrica del verso poético: un verso escrito de esta forma se compone de “yambos”: grupos de dos sílabas que caen en un patrón de “no acentuada-acentuada”: como el latido del corazón: bu-BUM, bu-BUM.

Tradicionalmente – como en un soneto de Shakespeare– los versos de pentámetro yámbico se combinan con rimas finales para crear varios patrones con rima. Esto se puede escuchar claramente en la apertura con el famoso cuarteto –los primeros cuatro versos – del Soneto 18 de Shakespeare:

“Shall I compare thee to a summer’s day?
Thou are more lovely and more temperate.
Rough winds do shake the darling buds of May;
And summer’s lease hath all too short a date”

Aquí, los versos 1ero y 3 ero riman al final, así como el segundo y el cuarto. Pero en un verso blanco, no hay rima final: los versos con métrica– normalmente pentámetros yámbicos – simplemente van seguidos de otros sin estar conectados por palabras que rimen.

El verso blanco no es una invención reciente: Christopher Marlowe y Shakespeare, entre otros, popularizaron el uso del verso blanco en sus obras. Pero el primer ejemplo más famoso de un poema compuesto en verso blanco es sin duda la épica obra maestra de John Milton, El Paraíso perdido, que se divide en doce libros de 1674. En una nota preliminar al poema, Milton explica que ha decidido escribir El Paraíso perdido en lo que él llama “verso heroico inglés sin rima” – es decir, un pentámetro yámbico sin rima.

Y Milton dice que lo ha hecho así porque Homero y Virgilio escribieron sus poemas épicos sin rima en griego y en latín, respectivamente. Así que Milton se está posicionando como su sucesor. La rima, dice, fue “la invención de una época bárbara, para resaltar asuntos miserables y métrica barata.” Algunos de los contemporáneos de Milton la usan bastante bien, admite, pero aun así cree que lo hacen porque se “dejan llevar por la costumbre, pero mucho es por su propia irritación, impedimentos y restricciones para expresar muchas cosas de formas distintas, y por lo general peor de lo que las hubieran expresado de otra forma.”

En otras palabras, no habrá rimas infantiles o vulgares para Milton en El paraíso perdido, ya que eso iría por debajo de su ambición épica y restringiría su habilidad para contar la historia que quiere contar.

El simple hecho de que Milton sintió la necesidad de defender su decisión sugiere, por supuesto, que los lectores de aquel entonces tenían la expectativa de leer versos con rima. Milton, sin embargo, acaba su nota preliminar diciendo a los lectores que deberían estar agradecidos de que haya “recuperado” la “libertad antigua” de la que los autores clásicos disfrutaron, y que posteriormente haya rescatado la poesía inglesa de lo que llama “la esclavitud problemática y moderna de la rima.”

Entonces—¿qué le permite hacer el verso blanco a Milton?

Primero, hay que tener en cuenta que la rima más común de los tiempos de Milton era el pareado, o la rima de dos versos. Pero los pareados, aunque son fáciles de memorizar, tienden a animar a sus autores a limitar sus pensamientos entre las rígidas demarcaciones de la misma rima. Por ejemplo, el comienzo de “To His Coy Mistress,”publicado en 1681 por un amigo de Milton, Andrew Marvell: “Had we but world enough and time/ This coyness, lady, were no crime.” Aquí tenemos un pensamiento completo, en un sutil pareado de hexámetro yámbico.

Otro ejemplo son los primeros versos del primer libro de El paraíso perdido:

Of Man’s first disobedience and the fruit
Of that forbidden tree whose mortal taste
Brought death into the world and all our woe
With loss of Eden till one greater Man
Restore us and regain the blissful seat
Sing Heav’nly Muse, that on the secret top
Of Oreb or of Sinai didst inspire
That shepherd who first taught the chosen seed,
In the beginning, how the heav’ns and earth
Rose out of Chaos.
(1-10)

Esos son los primeros 9 versos y medio del poema: y lo primero en lo que hay que fijarse es que es todo una frase larga. Y eso, en resumen, es lo que el blanco verso le permite hacer a Milton: formar frases largas, complejas, y periódicas. Sin la necesidad de hacer que los versos rimen, Milton es libre de ignorar el final de los versos, usando en su lugar el encabalgamiento (eso es cuando no hay puntuación al final de un verso poético, lo que quiere decir que hay que leer hasta el final del siguiente verso sin parar) – y esto, a su vez, permite a la sintaxis de Milton serpentear a lo largo de los versos sin un final predeterminado a la vista.

Fíjate que en los primeros versos de El paraíso perdido que recité, el sujeto principal del pasaje– Heavenly Muse – ¡no aparece hasta la línea 6!

Aunque puede que leer a Milton resulte confuso, nunca es aburrido: porque su verso blanco obliga al lector a esforzarse para seguir lo que un crítico llama “el juego de la sintaxis contra la “lineation”: que es la tensión entre el orden a menudo inusual de las palabras de Milton, y la métrica constante del pentámetro yámbico que aun así acompaña a cada verso con una fluidez majestuosa y elevada de puro lenguaje, libre de la “esclavitud” de la rima.

Tras el éxito de El paraíso perdido, el verso blanco – conocido a veces como “verso Miltónico” – se volvió más aceptable para los poetas y lectores. Pero precisamente porque Milton lo había usado de manera tan imperiosa y ambiciosa, principalmente se utilizaba para temas serios y elevados, normalmente de una cierta duración. En otras palabras, si querías que se te tomara en serio como poeta, tenías que usar el verso blanco en algún momento.

Y eso es exactamente lo que William Wordsworth hace en uno de los primeros grandes poemas de su carrera: “Líneas compuestas unas pocas millas más allá de Tintern Abbey, volviendo a las orillas del Wye durante un viaje, 13 de julio de 1789” – o simplemente “Tintern Abbey,” como se le conoce mejor – publicado en 1798.Y así empieza el poema:

“Five years have passed; five summers, with the length
Of five long winters! and again I hear
These waters, rolling from their mountain-springs
With a sweet inland murmur. – Once again
Do I behold these steep and lofty cliffs,
Which on a wild secluded scene impress
Thoughts of more deep seclusion; and connect
The landscape with the quiet of the sky.

Este quizá es un poco menos complicado que el principio del poema de Milton: conocemos al sujeto del verso – el narrador de primera persona “I” – en la segunda línea, y hay un punto cerca del final de la cuarta línea que crea dos frases de esta apertura de ocho líneas.

Pero una vez más, sin la restricción de la rima final, Wordsworth es capaz de formar líneas poéticas que se encuentran unas con otras sin pausas, forzando al lector a seguir el caudal de sus recuerdos mientras regresa después de cinco años a la orilla del río Wye, y empieza a contemplar lo que esta escena pastoral ha significado para él a lo largo de los años.

No creo que sea una coincidencia que Wordsworth acabe este pasaje con la observación de que la frontera entre la tierra y el cielo se ha vuelto borrosa, ya que es casi en ese mismo punto del principio de El paraíso perdido, donde Milton recuerda la historia de la creación bíblica de “cielo y tierra” siendo formados del caos. Tal y como Milton usó el verso blanco para indicar la elevación de su narración cristiana para competir con los épicos clásicos, Wordsworth demuestra el valor y la seriedad de su propio desarrollo “intelectual” al ponerlo en la forma de un verso blanco.

Entre los poetas modernos, Hart Crane y Wallace Stevens son dos de los profesionales americanos más famosos que usan el verso blanco, aunque para mediados del siglo XX, muchos de sus contemporáneos se pasaban al verso libre, que ni tiene rimas establecidas ni una métrica constante.

Así que ya sabes: si quieres destacar como poeta, vas a tener que intentar escribir en verso blanco en algún momento. Pero ten en cuenta que los lectores que estén al tanto no podrán evitar comparar tus esfuerzos a los de Milton y Wordsworth: ¡buena suerte!

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